Jan 01
Domingo Segundo de ADVIENTO
Se destaca la figura de Juan Bautista el precursor de Jesús, quien evocando las palabras del Profeta Isaías anuncia la llegada del Mesías:
" Una voz grita en desierto: preparen los caminos del Señor, allanen sus senderos" Mateo 3,3.

Allanar es abajar, subir, arreglar, dar equilibrio, mejorar, Cambiar.

Juan Bautista invita al cambio interior y a la conversión hacia Dios.

El desierto es el símbolo de la soledad, la penitencia, el silencio, el reencuentro consigo mismo y con Dios, el reconocimiento de lo que soy, la limitación en medio de la infinitud de la arena, el sol abrazador, el valor, el frío de la noche, el peligro del aspid y el escorpión, es el momento para ver lo que soy desde adentro, sin máscaras, para revisar lo estoy haciendo en la vida, para para dar un nuevo rumbo en la existencia.

La Predicación de Juan Bautista es fuerte, directa, clara, enuncia los males, la injusticia de la sociedad en que vive y la violencia a la que está sometida Israel.

Invita a bautizarse, sumergirse en las aguas del Jordan y Renacer.

Juan Bautiza con agua, pero Jesús lo hace con Espíritu Santo y el fuego de su amor.

Juan insiste en el bautizo como señal de penitencia, Jesús insiste en el Amor.

Ambos, Juan Bautista y Jesús, buscan el Cambio porque es inminente la llegada del Reino de Dios. Sin cambio la vida se estanca y va hacia atrás.

Jesús cambia desde el interior por la fuerza del Espíritu Santo y su Gracia.

Juan Bautista es el último Profeta de Israel, en el se da el punto de convergencia y unión entre las Promesas del Antiguo Testamento y Cumplimiento del Nuevo Testamento al anunciar al Mesías.

Juan Bautista reconoce al Mesías en su bautizo y da testimonio de Él con su palabra, su vida y su martirio. Su compromiso profético, como sucede hoy con quien dice las cosas con verdad y claridad, lo lleva a ser decapitado.


P. ALEJANDRO