Señor Jesús, que victorioso derrotaste a la muerte y nos invitas a ser partícipes de tu victoria, concédenos hoy experimentar tu vida nueva y vencer el mal que se pueda presentar en nuestra vida. Que, con la ayuda de tu espíritu, podamos hoy ser testigos de la bondad del Padre, que escucha siempre la oración de sus hijos y nos libra de todos nuestros temores.
Amén.
Padre nuestro
Ave María
Gloria