Acto de consagración a San José

Me consagro a ti, buen San José, mi padre espiritual. Te elijo para gobernar mi alma y enseñarme la vida interior, la vida oculta con Jesús, con María y contigo.


Sobre todo, quiero imitar el humilde silencio con el que envolviste a Jesús y a María. Para mí, todo se basa en eso, en la abnegación, como la de Nuestro Señor en su vida oculta, haciendo que el mundo me olvide, por mi silencio y mi práctica de la virtud.


Me consagro a ti como mi guía y modelo en todos mis deberes, para que aprenda a cumplirlos con mansedumbre y humildad: con mansedumbre hacia mis hermanos, mi prójimo y todos aquellos con quienes tengo contacto; con humildad hacia mí mismo, y sencillez delante de Dios.


Te elijo, buen santo, como mi consejero, confidente y protector en todas mis dificultades y pruebas. No pido ser liberado de cruces y sufrimientos, sino sólo del amor propio que podría quitarles su valor si me glorío de mis tribulaciones.


Te elijo como mi protector. Sé mi padre como lo fuiste de la Sagrada Familia en Nazaret. Sé mi guía; sé mi protector. No pido bienes temporales, grandeza o poder, sólo pido servir con fidelidad y dedicación a mi Rey divino.


Te honraré, amaré y serviré con María, mi Madre, y nunca separaré su nombre del tuyo.


Oh Jesús, dame a José por padre, así como me diste a María por Madre. Lléname de devoción, confianza y amor filial. Escucha mi oración. Sé que lo harás. Ya me siento más devoto, más lleno de esperanza y confianza en el buen San José, tu padre adoptivo y mi padre espiritual. 


Amén.


 


- San Pedro Julián Eymard