Oración para la angustia

Madre mía Celestial


qué me tienes reservado:


no sé si es dolor o alegría;


pero sé que en este día


en que me siento agotada,


solo pienso en tu Hijo


que llevó su cruz a cuestas,


que cargó todo el dolor


sin expresar una queja.


Cuánto sufrió Jesús


por el mundo y sus pecados.


Y también pienso por Ti,


tu dolor no se compara;


nada ni nadie en la tierra


sufrió lo que tú sufriste


y siento que yo, Virgen mía,


tendría que estar llorando


no de pena, sino de alegría,


por la carga que me das.


Madre, perdón por tener


estos malos pensamientos.


Ahora me siento aliviada,


sé que estoy iluminada


y me siento resguardada


con toda tu protección.


Amén.

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