Consagración de Colombia a San José

Amado San José,


esposo fiel de la madre de Dios y padre adoptivo de Jesús, nuestro Redentor,


confiados en tu poderosa intercesión,


venimos hoy ante ti para consagrarte nuestra patria Colombia


y dejarla bajo tu custodia y protección.


El enemigo ha sembrado divisiones


y amenaza con destruir nuestra valiosa herencia espiritual y material


construida durante largos años.


Es verdad que hemos pecado de muchas maneras,


especialmente por la violencia entre nuestros hermanos y la inequidad social;


por eso, arrepentidos suplicamos el perdón de Dios


y estamos dispuestos a una verdadera conversión.


Glorioso Jefe de la sagrada Familia,


te suplicamos que hagas valer tu cercanía al trono de Dios Todopoderoso


y le pidas que florezca su Reino de amor, de justicia y de paz en nuestra patria.


Defiéndenos de los enemigos que pretenden arruinar nuestras familias,


engañar a niños y jóvenes, instaurar una cultura que destruye la vida


y difunde rebeldía contra la Ley de Dios.


Líbranos de avanzar en los errores


y vicios que conducen a la desgracia y a la ruina material.


Amadísimo padre y amigo San José,


ruega al Padre Celestial que, así como por el ministerio de la Encarnación


nos envió a su Hijo, el Buen Pastor,


envíe también ahora nuevos obreros a su mies,


que anuncien íntegro el Evangelio de Cristo para salvación y alegría de los


hombres. Intercede para que el Espíritu Santo nos conceda gobernantes


con el carisma de honestidad y sabiduría.


Carpintero de Nazaret, patrono de los obreros y artesanos,


enséñanos a respetar y a promover la dignidad de cada persona humana,


a defender a los niños e inocentes,


a ayudar con caridad cristiana a los más vulnerables y sufridos en su cuerpo y


en su espíritu. Lleva hasta Dios la súplica del Padrenuestro, líbranos del mal,


que rezaste tantas veces con Jesús y María en tu hogar de Nazaret.


Líbranos de la guerra, de la pandemia, del hambre y de toda perturbación.


Patrono de la buena muerte, que tengamos tu defensa y compañía en la hora


de la muerte, para alcanzar nuestra máxima esperanza que es ver a Dios cara


a cara en el Cielo.


Enséñanos a vivir alegres en el camino de santidad,


a usar con gratitud y buen cuidado los recursos de la creación,


a emplear para el bien los avances que nos ofrece la tecnología de este tiempo.


San José, modelo de todas las virtudes,


te damos gracias por acoger esta consagración


y presentar nuestras súplicas ante el trono de la Santísima Trinidad.


Recíbenos en tu Corazón y ofrécenos como obsequio de amor


al Corazón de la Inmaculada Concepción,


tu Santísima Esposa y Reina gloriosa de Colombia.


 


Amen.