Santa María, Virgen de Fátima, nos encomendamos a tu Corazón, nosotros, tus hijos queridos a los que nunca te cansas de visitar e invitar a la conversión. Tú sabes cómo desatar los nudos de nuestro corazón y de nuestro tiempo. Ponemos nuestra confianza en ti.
Madre nuestra, Virgen de Fátima, que a través de ti la Divina Misericordia se derrame sobre la tierra, y el dulce latido de la paz vuelva a marcar nuestras jornadas.
Vuelve a traernos la armonía de Dios. Haz de nosotros artesanos. De comunión. Guíanos por los senderos de la paz.
Amén
- Papa Francisco