Jan 06
Los reyes magos ... o nuestro camino (2/3).
Pero las indicaciones por sí solas no hacen que el encuentro se lleve a cabo.
Necesitamos ser los que sigamos en el camino. Y eso no es fácil.
Porque es exigente, implica renuncia y abrazar caminos que a primera vista no son muy agradables ...
Sobre todo, supone la valentía de arriesgarse a seguir caminando, incluso sin ver la estrella.
Cuando nos arriesgamos a caminar como los magos, ya no confiamos únicamente en los impulsos de nuestro corazón. Seguimos el camino de la fe que nos señala la Iglesia (como dice San Pablo, “caminamos a la luz de la fe y no a la visión clara”…).

La Iglesia nos ofrece la experiencia de seguir a Jesús, de vivir la vida a su manera, de amar como Él ama. Y nos dice que si lo hacemos, seguro que encontraremos al Niño que tanto buscamos.
La gran orientación es hacer la vida enteramente entregada y entregada al Padre ya los hermanos.
Cuando nos dispusimos a seguir este camino, terminamos descubriendo, sorprendidos y asombrados, que la estrella vuelve a brillar. Y la alegría inunda nuestro corazón porque nos damos cuenta de que nuestra verdad es esta: amar como ama Jesús.

Continuará…

P. Luis A.