Jan 01
Salvar!
La primera parte del Evangelio de Juan (1-12) es llamada el Libro de las Señales. El Evangelio de hoy (12, 44-50) es el cierre de ese bloque y trae una especie de síntesis de lo que Jesús realizó. Entre las hermosas expresiones de Jesús hoy, los invito a detenerse en esta: “No vine a juzgar al mundo, sino a salvarlo”. ¡Es verdad que la catequesis, durante mucho tiempo, reforzó la idea de un Dios que castiga! Sin embargo ¡Lo principal, recuerda Jesús, debe ser salvar, no condenar!

¡Ese es el mapa de toda la acción de la Iglesia que sigue a Jesucristo! Para evaluar si una comunidad es fiel a Jesús, el punto podría ser: ¿es una comunidad que salva o una comunidad que condena? ¿Las personas se sienten bienvenidas o juzgadas? Las pastorales, los movimientos, los servicios de la Iglesia que se reúnen tantas veces para estudiar y organizar la acción, ¿pueden llegar a proyectar un mundo “salvado”, o la preocupación principal es ampliar el grupo y juzgar a quién no forma parte de él? ¡Tantas otras preguntas cabrían aquí! ¡Es verdad que salvar no es sólo un esfuerzo personal, es más bien estar abierto a la gracia divina que obra en la vida que la humanidad ofrece! Salvar es integrarse plenamente en Jesús, es la vida de Cristo en la vida de la humanidad. ¡Cuanto más cerca de Jesús estamos, más nos descubrimos salvados!

La película «El mundo es grande y la salvación acecha a la vuelta de la esquina», del búlgaro Stephan Komandarev, cuenta la historia de Alex, que poco después de dejar Bulgaria para vivir en Alemania sufre un grave accidente de coche que le hace olvidar hasta su nombre. ¡Alex tenía pocas posibilidades de recuperación! Su abuelo, Bai Dan, llegó al hospital y comenzó a hacer un ejercicio de memoria, una especie de viaje espiritual que involucraba un juego que Bai Dan le había enseñado a su nieto cuando era niño. La cura de Alex es a través de la memoria, a través de (re)descubrir quién es y que se traducía en un viaje en bicicleta de regreso a su tierra natal.

¡La "salvación" de Alex está entrecruzada por el sufrimiento, la esperanza y el descubrimiento de su identidad! ¡Es a través de esos rincones de amor, como un viaje a la memoria y al proyecto de vida, que Jesús nos envía para salvar a la humanidad!

P. Maicon