Señor Jesús, ayúdame a aprovechar al máximo mi vida aquí en la tierra para hacer todo el bien que pueda y amar tanto como pueda. Enséñame a confiar en ti y a comprender que lo que me hace infeliz son mis preocupaciones, mis dudas y mi egoísmo. Tomar mi cruz y seguirte significa poner toda mi confianza en ti. Que tu gracia, Señor, abra mi entendimiento y abra mi espíritu a tu acción. Aunque no entienda, aunque no sepa lo que está pasando en este tiempo de oración, da tu gracia, Señor, al siervo que soy; sin ella no soy nada y no puedo hacer nada hermoso y grande a tus ojos.
Amén.