Jan 01
Un salto al futuro
Una de las alegrías que Jesús invitaba a los discípulos a vivir fue traducida así: “Bienaventurados ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen”. El texto del Evangelio (Mt 13,16-17) no trata de la visión y la audición en sí mismos, sino de la alegría de poder encontrar la Palabra de Jesús por la vista y la escucha, percibiendo sus signos, acogiendo la fiesta de la Reino de Dios. ! El discipulado también se realiza en esta capacidad de ampliar los ojos y los oídos.
Hoy celebramos el día de San Joaquín y Santa Ana, los padres de María y abuelos de Jesús! ¡Los abuelos son verdaderamente nuestros ojos y oídos del futuro! No se puede pensar en la continuidad de la historia sin pensar en dónde están nuestras raíces y celebrar a los abuelos es celebrar la fuente donde el futuro busca agua fresca! Jostein Gaarder en el famoso “El mundo de Sophie”, escribió: “si en algún momento no sabes a dónde vas, tal vez sea bueno recordar de dónde vienes”. ¡Esta expresión es una invitación a festejar a los abuelos!
Una de las cosas que a la mayoría de los abuelos les encanta hacer es contar historias. Esta memoria narrativa parece ser una respuesta a la dicha de Jesús de abrir los ojos y los oídos, frente a la inmediatez arbitraria de nuestro tiempo. Sentarse cerca para escuchar y contar historias es sumergirse en el pasado, en la fascinación, en la aventura, no para quedarse ahí, sino para dar el salto hacia el futuro, ¡con ojos y oídos nuevos!
El abrazo a cada abuela y abuelo, la intercesión de Joaquín y Ana, y la gracia, nos siga ayudando a ser fieles al evangelio, ¡sin soltarnos de la mano!
P. Maicon