Señor Jesús, ayúdame a acompañarte en la oración, como oraron contigo Pedro, Santiago y Juan en el monte. Ayúdame a darme cuenta quién eres realmente.
Señor Jesús, tú eres el Hijo unigénito de Dios Padre. Aunque no haya recibido la gracia de ver con mis ojos la gloria de tu divinidad resplandeciendo en tu rostro humano, quiero creer en ti y escucharte. Dame la gracia de experimentar tu presencia en la Sagrada Eucaristía. Ayúdame a dar a los demás, en el momento oportuno, lo que he recibido de tu generosidad. Ayúdame a escuchar, con humildad y confianza, todo lo que buscas decirme.

Dios Padre, ayúdanos a hacer una experiencia profunda de la divinidad de tu Hijo. Ayúdanos a confiar plenamente en Él, a escuchar sus enseñanzas y a seguir el camino que nos muestra.

P. Marie