Oct 15
"Dios se mueve entre las ollas, en la cocina..."
Santa Teresita de Ávila, en el Libro de Fundaciones, indicaba a sus hermanas de vida religiosa: “Dios va entre las ollas, en la cocina...”. La sencilla expresión que sigue con toda la profundidad de Teresa es una invitación a la oración en este día que celebramos a esta gran Doctora de la Iglesia.

“Dios se mueve entre las ollas, en la cocina…” nos recuerda que el territorio de Dios es el territorio de la proximidad. Es cierto que hay lugares y momentos en los que la experiencia de Dios es mayor, pero el punto de partida son siempre las cosas cotidianas. ¡Es en casa, en la cocina, en el dormitorio, en las relaciones más familiares que estoy invitado a percibir a Dios muy cerca!

“Dios se mueve entre las ollas, en la cocina...” Dios está abierto a la relación, al contacto, a la intimidad, propio de quien ama. Dios siempre ama primero, cuando despertamos el amor es porque comenzamos a abrir un mapa que Dios ya trazó desde el principio. ¡El amor es siempre la mejor respuesta al amor! Teilhard de Chardin decía que la única misión del cristiano es “llevar el amor al mundo”, o sea, ¡comunicar a Dios mismo!

“Dios se mueve entre las ollas, en la cocina...” es también una invitación a prestar atención a las cosas pequeñas. Siempre estamos muy agitados y corremos el riesgo de hacer todo mecánicamente, sin paciencia, sin esperar un poco más. ¡Incluso perdemos a Dios! Santa Teresa en otro momento escribió sobre esto: “nada te perturbe, nada te asuste, todo pasa… ¡Dios es lo único que no pasa, no se va!” Básicamente, es no dejar que las cosas te quiten lo esencial, te quiten el sabor, el hambre, la sed de la vida.

«Dios se mueve entre las ollas, en la cocina...» es una apertura de ojos, un despertar de oídos, una atención a las cosas que suceden en la vida cotidiana y esta, puede ser la más grande de todas las oraciones!

P. Maicon