La humildad según el Catecismo de la Iglesia Católica es la base y disposición necesaria para una relación personal con el Dios vivo (cf. Nn.2540. 2558-59).

San Agustín afirma:
"Si me preguntáis qué es lo más esencial y cual es el camino: lo primero es la humildad, lo segundo, la humildad, y lo tercero, la humildad".
"El orgullo nos lo estará arrebatando todo cuando nos estemos felicitando por una buena acción".
"La primera enseñanza de la encarnación es la humildad".
"Lo propio de la humildad es confesar la verdad y huir de la apariencia".
"La humildad es la actitud que nos impulsa a controlar la propia autosuficiencia y aparecer como lo que somos: débiles, humanos, pecadores".

"Para llegar a la perfección es necesario comenzar por la humildad porque la humildad es el fundamento sobre el que se construye el edificio de la caridad."

"Aprende a ser humilde, no seas orgulloso".
"Donde está la humildad, allí está Cristo".

CADG