¡Oh, Purísima Virgen María!, que en tu inmaculada concepción fuiste hecha por el Espíritu Santo Tabernáculo escogido de la Divinidad, ¡ruega por nosotros! ¡Y haz que el Divino Paráclito, venga pronto a renovar la faz de la tierra!
¡Oh, Purísima Virgen María, que en el misterio de la encarnación fuiste
hecha por el Espíritu Santo verdadera Madre de Dios, ruega por nosotros! ¡Y haz que el Divino Paráclito, reine en mi mente, alma y corazón.
¡Oh, Purísima Virgen María, que estando en oración con los Apóstoles, en el Cenáculo fuiste inundada por el Espíritu Santo, ruega por nosotros! ¡Y haz que el Divino Paráclito Tome posesión de mi libertad, para que libre, avance cada día hacia la Santidad.
¡Oh, María ruega al Espíritu Santo, ¡que es Dios de las virtudes, que me convierta!
¡Oh, María ruega al Espíritu Santo, ¡que es Fuente de luz, que disipe mis tinieblas del pecado!
¡Oh, María ruega al Espíritu Santo, ¡para que habite en mi alma y la transforme!
¡Oh, María ruega al Espíritu Santo, ¡que es Dios de infinita pureza, que santifique mi alma!
¡Oh, María ruega al Espíritu Santo, ¡para que él permanezca siempre en mi corazón!
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía tú Espíritu Señor y renovarás la faz de la tierra. Amén.