Aug 15
Puedo ser padrino o madrina?
Si no eres un católico practicante, no aceptes ser padrino de Bautismo o de Confirmación (o de ningún sacramento).

En el Imperio Romano, a un niño que debía ser entrenado para ser soldado, un oficial romano lo "apadrinaba" en el arte de la guerra y le enseñaba a usar la espada y el escudo, además de otros valores. ¿Podía un futuro soldado ser apadrinado por alguien que no sea soldado? No, absolutamente no, porque nadie puede dar lo que no tiene. Si no tengo ni un solo centavo no puedo dar una donación de 100 dólares. Si no soy soldado, no puedo entrenar a un soldado.


El padrino o madrina de bautismo es aquel que garantiza que el niño sea educado en la fe católica en caso de que los padres no puedan cumplir con esa función. El padrino o madrina debe ser "soldados de la fe". Así como un niño del Imperio Romano era entrenado para ser un soldado por un oficial romano QUE SABÍA COMBATIR, de la misma un niño que va a ser bautizado debe ser apadrinado por padrinos que VIVAN SU FE.

Vivir la fe significa vivir en gracia y no vivir en pecado mortal de modo permanente. Es por eso que no pueden ser padrinos ni las parejas gay, ni los hombres y mujeres mutilados que defiendan la ideología del género, ni los que viven en unión libre, ni los divorciados y vueltos a casar, ni los que simplemente están casados por civil sin estar casados por Iglesia, etc. Tampoco pueden ser padrinos y madrinas aquellos que realmente no sean católicos practicantes (es decir, nunca van a Misa, nunca se confiesan, nunca rezan, en definitiva, no viven su fe para nada), ni tengan ninguna intención de practicar la fe católica.

Dicho todo esto, si te piden ser padrino o madrina de Bautismo y Confirmación, y NO ERES un católico comprometido, se honesto y NO ACEPTES. No te mientas a ti mismo ni le mientas al niño. Si no eres un soldado romano, no puedes entrenar a otro soldado. Si no vives tu fe ni quieres vivirla, no seas egoísta y permite que ese niño tenga padrinos que sean verdaderamente gente de fe y católicos practicantes.

Es obvio que no estamos diciendo aquí que tenemos que ser perfectos. Ninguno de nosotros lo es y somos todos grandes pecadores. Sin embargo, quien vive su fe intenta hacer las cosas bien y busca a Dios. Quien no la vive, ni siquiera lo está intentando y ese es el problema.

Por lo tanto, no importa si el padrino o la madrina es tu hermano, tu hermana, tu tío, tu tía, tu vecina, etc. Lo que importa es que sea un católico practicante que esté dispuesto a vivir su fe y a transmitírsela a su ahijado.

Como papá o mamá de un niño, nunca aceptes padrinos que sean indignos de tal misión. De lo contrario, Dios te pedirá cuentas de esa negligencia. Si lo hiciste en el pasado, arrepiéntete y no cometas nuevamente el mismo error con tus otros hijos.

Bendiciones para todos.

P. Thomas Beroch