Oh pura y más santa Virgen, nada en el mundo entero es digno de tocar tu santo rostro, enséñame a limpiar las imágenes tuyas que tengo en casa con santa devoción. Sé mi refugio, atiende mis suplicas, concédeme las gracias que necesito para mi salvación, y concede especialmente consuelo a quienes se encuentran en el duro transito del purgatorio para que puedan alcanzar la Gloria Eterna.
Amén