
Nov 24
Cristo Jesús, verdadero Dios y verdadero HOMBRE

Machos hay muchos, pero no todos los machos son verdaderos hombres. Un verdadero hombre no es alguien que necesariamente sepa pelear con sus puños, pues los animales también pueden ser agresivos. El hombre de verdad, si sabe luchar y es fuerte físicamente, usa su energía para proteger al más débil y servir al prójimo (como lo hacen los buenos policías). Tampoco un verdadero hombre es aquel que tiene sexo con varias mujeres, pues esto es propio de los animales irracionales. El hombre lujurioso es peor que los animales irracionales, ya que estos siguen la ley de la naturaleza (se reproducen cuando la hembra está en celo), mientras que la lujuria lo único que logra es hacernos esclavos de nuestros instintos bajos. Un verdadero hombre no es aquel que nos pinta el mundo, alguien que solo sigue su propia ley y cree ser un dios para sí mismo. Todo esto está lejos de la verdadera hombría.
Un verdadero hombre es aquel que acepta la voluntad del Altísimo en su vida y busca por sobre todas las cosas la Gloria de Dios. Es la voluntad de Dios lo que lo lleva a estar casado con su esposa hasta la muerte o consagrar su vida con el don del sacerdocio o la vida religiosa; es la voluntad de Dios lo que lo lleva a educar a sus hijos en la fe, a dar la vida por su familia y a estar dispuesto a martirio para ganar el reino de los cielos.
Un verdadero hombre tiene cromosomas XY, y si nació hombre nunca dejará de serlo y se reconocerá como tal. También un verdadero hombre es heterosexual y viril. Un hombre homosexual solo es un verdadero hombre si vive en castidad y no tiene sexo con nadie, ya que sabe que es cristiano por sobre todas las cosas y ve su orientación sexual como una cruz que debe cargar en total continencia.
Podemos también agregar que un verdadero hombre tiene los pies en la tierra y la mirada en el cielo; sabe ser señor de si mismo en cuanto que hace uso de las creaturas de este mundo en tanto y en cuanto lo acerquen a Dios (solo quiere todos los medios que lo ayuden a salvar su alma). Un verdadero hombre sabe que amar no es solo poseer sino entregarse; la fe no es debilidad sino fortaleza; y no necesita contratos escritos ya que su palabra vale. Un verdadero hombre busca imitar a Jesucristo en todo, y es consciente que sin Él nada puede hacer.
Que Cristo, verdadero Dios y hombre, sea todo en todos.
P. Tomas Beroch