Feb 28
POR FUERTE QUE SEA...

La naturaleza nos enseña a resistir, vemos un huracán, las palmeras se doblan, casi hasta caer, en ese momento el viento que parece "malo" las está limpiando, les quita las hojitas que ya no necesitan...y en cuanto pasa la tormenta, recuperan su vitalidad, se elevan, reciben el sol y reviven por completo. Así debe ser nuestra vida, apretado, aplastado, apurado, pero sabiendo que lo mejor está por venir. ¡El Buen Dios no nos abandona!
Vivimos siempre , apretados pero no aplastados; apurados, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no rematados.
2 Corintios: 4: 8-9