Oración por un nuevo Conclave 2025

Como fiel de la Iglesia, elevo mi corazón en oración ante la sagrada celebración de un nuevo cónclave, confiando plenamente en la acción del Espíritu Santo que, como en Pentecostés, sabrá descender sobre los corazones de los cardenales reunidos en discernimiento. En este momento de gracia, invoco la intercesión luminosa de san Juan Pablo II, cuya entrega incansable nos enseñó a no tener miedo de abrir las puertas a Cristo; la sabiduría serena de Benedicto XVI, que nos guio en la profundidad del misterio de la fe; y la valentía pastoral del Papa Francisco, cuya voz profética nos llamó a una Iglesia en salida, misericordiosa y cercana a los más vulnerables. Desde la eternidad, sus huellas marcan el camino del nuevo pastor que será elegido para apacentar el rebaño de Dios.

Confiamos en que, como Iglesia peregrina, recibiremos con fe y docilidad al sucesor de Pedro que el Señor ha preparado para este tiempo. Que su elección sea signo de unidad, esperanza y renovación espiritual, capaz de responder con firmeza y ternura a los desafíos del mundo contemporáneo. Que María, Madre de la Iglesia, acompañe este proceso con su manto de amor y silencio fecundo, y que cada fiel, en cada rincón del mundo, se una en oración para que la voluntad de Dios se cumpla en plenitud.

Amén