Señor Jesús, gracias por compartir con nosotros tu maravilloso ministerio de sanación y liberación, gracias por la sanación que nosotros hemos visto y experimentado hoy.
Señor Jesús, toma toda carga que hayamos podido recibir y toda represalia del enemigo en contra de nosotros nuestras familias y nuestras pertenencias.
Derrama tu Sangre Preciosa sobre nosotros y limpianos de cualquier tristeza, pensamientos negativos, desaliento o desesperación, que nosotros podamos haber recibido durante las oraciones hechas.
Si nuestro ministerio ha sido tentación para rabia, impaciencia, soberbia o lujuria, libéranos de esas tentaciones y reemplázalas con tu amor, tu alegría y tu paz.
Señor Jesús cúbrenos y sellamos con el poder de tu Nombre y de tu Sangre.
En el Nombre de Jesús, atamos a Satanás, a todos los espíritus inmundos y a toda fuerza o poder del mal, que nos hayan hecho daño o quieran hacerlo.
En el Nombre de Jesús, les ordenamos que salgan de nosotros inmediatamente, atados, mudos, quebrados y amordazados y se pongan a los pies de Jesús Vivo y Resucitado, para que El los envié al lugar que les corresponde. Les prohibimos en el Nombre de Jesús que nos vuelvan a molestar.
Ven Espíritu santo llénanos de tu Gracia, tu amor, tu poder y tu gozo, danos fuerzas donde nos hemos sentido débiles e ilumínanos con tu luz.
Señor Jesús, envía a tus Santos Angeles para ministrarnos y protegernos en todas nuestras actividades y caminos. Danos un regreso seguro.
Santísima Virgen María, cúbrenos con tu manto a nosotros y nuestras familias, protégenos ahora y siempre.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…