Jun 15
PALABRAS DEL SANTO PAPA SAN JUAN PABLO II (Jn 16,12-15)
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La Divina Unidad de la Trinidad. Cristo pronunció este misterio con palabras humanas. Y lo dejó en manos del Espíritu Santo, a su venida: «Cuando venga el Espíritu de la verdad, él os guiará hasta la verdad completa» (Jn 16,13). Cada uno de nosotros es introducido en esta «verdad completa» ya mediante el Bautismo. Vivimos esta verdad a diario, cuando comenzamos a orar y a trabajar «en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo». ¿Por qué, al pronunciar con estas palabras el nombre del inescrutable misterio divino, el nombre del Dios vivo que ES, hacemos al mismo tiempo la señal de la cruz en la frente, los hombros y el corazón? Porque la cruz es la última palabra del misterio trinitario de Dios en la historia de la salvación de la humanidad. Cuando Cristo dice del Espíritu Santo: «Él tomará de lo mío y os lo anunciará», estas palabras se refieren de manera particular al sacrificio de la cruz. El Dios vivo ha entrado definitivamente en la historia de la creación, en la historia del hombre, precisamente a través de este sacrificio. El hombre, contemplando la arquitectura del cosmos, entra en las profundidades de la Sabiduría eterna del Creador. El hombre, contemplando la Cruz, conoce el amor que impregna esta Sabiduría y toda su obra. Conoce el amor que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo (cf. Rm 5,5). Sabe que «Dios es amor» (1 Jn 4,16). (San Juan Pablo II – Visita pastoral a la diócesis de Grossetto, Homilía, 21 de mayo de 1989)