Jun 23
SEMILLA AGUSTINIANA
Bienaventurados los que sufren persecución a causa de la justicia. Este añadido final ha distinguido al mártir del bandido. De hecho, también este sufre persecución, pero por sus malas acciones, y no busca la corona, sino que paga la pena debida. Al mártir no lo hace la pena, sino la causa. Elija primero la causa y sufra sin temor la pena. Cuando Cristo padeció, en un mismo lugar había tres cruces: él en el medio, y a un lado y a otro dos bandidos. Mira la pena: nada más semejante; sin embargo, solo uno de los bandidos encontró, estando en la cruz, el paraíso. Cristo, en medio como un juez, condena al orgulloso y viene en ayuda del humilde. Aquel madero fue el tribunal de Cristo ( Serm 53A,13).

P. Juan A. Cardenas