Aug 31
SEMILLA AGUSTINIANA

¿Acaso quieres que aprendamos las mismas cosas que hiciste en la tierra? ¿Quieres enseñarnos eso? Entonces ¿aprendemos de Ti a limpiar leprosos, a expulsar demonios, a cortar la fiebre, a mandar al mar y a las olas, a resucitar muertos? Tampoco es eso —dice—. Di, entonces, qué. Que soy manso y humilde de corazón. ¡Avergüénzate ante Dios, orgullo humano! Dice la Palabra de Dios, dice Dios, dice el Unigénito, dice el Altísimo: Aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón. Se abajó a ser humilde tan gran excelsitud y ¿se estira el hombre? Encógete, redúcete, hombre, a la medida del humilde Cristo, no sea que, al estirarte, te rompas (Serm 70A,1).
P. Juan A. Cardenas