Oct 29
PALABRAS DEL SANTO PAPA FRANCISCO (Lc 13,31-35)

Dios, en realidad, «no puede sino amar. Esta es nuestra seguridad». Puedo rechazar este amor, pero eso significaría elegir ser como el buen ladrón que rechazó el amor «hasta el final de su vida», y allí, al final, «el amor lo esperaba». Incluso el hombre más malvado, el peor blasfemo, es amado por Dios con la ternura de un padre, de un papá, y, parafraseando a Jesús, «como una gallina con sus polluelos». El Dios todopoderoso, el Creador, «puede hacer todas las cosas»; sin embargo, «Dios llora» y «en esas lágrimas» está todo su amor. «Dios llora por mí cuando estoy separado de él; Dios llora por cada uno de nosotros; Dios llora por los malvados, que hacen tantas cosas malas, tanto daño a la humanidad…». En efecto, Él «espera, no condena y llora. ¿Por qué? ¡Porque ama!». (Papa Francisco, Santa Marta, 29 de octubre de 2015)