Oct 30
SEMILLA AGUSTINIANA
Si ora el hombre para arrojar de otro a un demonio, ¡cuánto más ha de orar para expulsar de sí la avaricia! ¡Cuánto más para expulsar de sí la embriaguez! ¡Cuánto más para expulsar de sí la lujuria y la impureza! ¡Cuántas cosas hay en un hombre que, en caso de perseverar en ellas, impiden su admisión en el reino de los cielos! (Serm 80,3).

P. Juan A. Cardenas