Nuestra Señora de las Lágrimas

Virgen de las Lágrimas, socórrenos: con la luz que irradia de tu Bondad, con el consuelo que brota de tu Corazón, con la paz, tú que eres reina de la paz.


Con toda confianza, te presentamos nuestra súplica: aquí están nuestras penas para que nos consueles, nuestros cuerpos para que los sanes, nuestros corazones, para que los llenes de contrición y caridad, nuestras almas, para que obtengas su salvación.


Recuerda, o Corazón doloroso e inmaculado que ante tus Santas Lágrimas, Jesús no te negó nunca nada. Dígnate pues, Madre Santa, a unir nuestras lágrimas a las Tuyas, para que tu divino Hijo nos conceda la gracia... (hágase aquí la petición) que con tanto ardor te imploramos. ¡Madre amantísima, de las Lágrimas y de la Misericordia, ten piedad de nosotros!


Amén.