Consagración al Sagrado Corazón de Jesús

Rendido a estos tus pies, buen Jesús mío, considerando las incontables muestras de amor que me has dado, y las sublimes lecciones que me enseña como amigo, tu queridísimo Corazón, te pido humildemente la gracia de conocerte, amarte y servirte como fiel discípulo que contigo es puesto, y quiere hacerse digno de las gracias y bendiciones que generoso concedes a los que de verdad te conocen, aman y sirven.


Recuerda que soy muy pobre, buen Jesús mío, y necesito de Ti, como el mendigo de la limosna que el rico le vaya a dar. Recuerda que soy muy torpe, tu que eres mi Maestro y necesito de tus sencillas enseñanzas para darme luz y guía en mi ignorancia. Recuerda que soy muy débil, tu que eres poderoso refugio de los débiles, y como caigo a cada paso, necesito apoyarme en Ti para no recaer.


Sélo todo para mí, Sagrado Corazón: socorro de mi miseria, luz de mis ojos, soporte de pasos, remedio de mis males, auxilio en toda necesidad.


De ti lo espera todo mi pobre corazón. Tú lo alentaste e invitaste, cuando en diversos momentos dijiste repetidas veces en tu Evangelio: "Vengan a Mí", "aprendan de Mí", "pidan", "llamen".


A las puertas de tu Corazón, vengo pues, y llamo, y pido, y espero. Del mío te hago, mi Señor, firme, formal y decidida entrega. Tómalo tú, y dame en cambio, lo que sabes que me ha de hacer bueno en la tierra y dichoso en la eternidad.


Amén.