CORAZÓN MISERICORDIOSO DE JESÚS

Corazón misericordioso de Jesús, toma la impureza de mi espíritu y purifícalo con los ríos de tu gracia; gracia que es derramada en abundancia, para todos los hombres que se arrepienten de corazón.


Toma la oscuridad de mi pasado e ilumínalo con tu luz; luz que resplandecerá en medio de la oscuridad, porque hoy reconozco que el pecado me desfigura, me opaca.


Corazón de Jesús, toma mis debilidades y fortaléceme; porque eres mi soporte, mi estandarte en el cual puedo apoyarme para no caer, no desplomarme; toma mi casa en ruinas y restáurala, porque eres mi constructor, mi arquitecto divino que haces de mí una mansión de amor, refugio para los desprotegidos, para los abatidos.


Amado Jesús, toma mi corazón herido, desmoronado y acércalo al tuyo para que lo sanes, lo restaures; toma la desnudez de mi corazón y arrópalo con el manto de tu perdón; perdón que me dará alegría, ánimo para seguir viviendo; viviendo en tu plenitud, en tu presencia.


Corazón misericordioso de Jesús, toma la aridez que hay en mi corazón y transfórmalo en un manantial de aguas limpias; aguas que inunden todo mi ser para ser refrescado, para recibir tu amor, tu hálito divino.


Corazón misericordioso de Jesús, toma la amargura de mi corazón y dulcifícala con tu presencia; presencia que dará descanso a mi espíritu perturbado; toma mi obstinación y dame la docilidad de espíritu para vivir en estado de gracia, en vida de santidad.


Corazón misericordioso de Jesús, toma mis ojos y purifica mi mirada; mirada que me lleve a descubrirte en el rostro triste, en el rostro sufriente. Toma mis oídos y acrecienta los decibeles de amor para escucharte, aún, en medio de mi vida borrascosa y tormentosa.


Corazón misericordioso de Jesús, toma mis manos y sumérgelas en las fuentes de tu perdón; manos que serán bendecidas por torrenciales de misericordia; misericordia que cae como lluvia copiosa del cielo.


Corazón misericordioso de Jesús, transforma mis pensamientos en pensamientos puros como los tuyos, pensamientos que se eleven siempre al cielo; cielo que me espera para desde allí alabarte y glorificarte por toda la eternidad.


Corazón misericordioso de Jesús, toma mis labios, purifícalos y humedécelos con el néctar de tu amor para que siempre te bendiga. Toma mis pies cansados, desgastados y sumérgelos en las tinajas de tu pureza para ser limpiados y siempre caminar en dirección hacia Ti.


Corazón misericordioso de Jesús, toma mi vida y únela a la tuya para hacer realidad las palabras del Maestro que dice: vengan a Mí todos los que están cansados y agobiados que Yo les aliviaré.


 


Amén