Señor, aunque no merezco
que Tú escuches mi quejido,
por la muerte que has sufrido,
escucha lo que te ofrezco
y escucha lo que te pido;
A ofrecerte, Señor, vengo
mi ser, mi vida, mi amor,
mi alegría, mi dolor;
cuanto puedo y cuanto tengo;
cuanto me has dado, Señor.
Y a cambio de esta alma llena de amor
que vengo a ofrecerte,
dame una vida Serena
y una muerte Santa y buena...
Cristo de la Buena Muerte.
AMEN