Poco Señor, muy poco te doy
tan fácil es caer ante las distracciones del mundo, tan fácil es...
pero aún así en mi infidelidad
Tú lo das todo, siempre todo
nada te reservas...
Cuando contemplo tu bondad
quisiera sólo llorar... Cómo es que puedo fallar? Una y otra vez...
pero tu brazo extendido siempre está para ponerme de pie.
Deseo darte todo Señor
todo lo que tengo, aunque es nada
pero esa nada no la quiero
Y tú me respondes:
Sin tu nada yo no puedo darte mi todo.
Es necesario que pases por esta batalla
de tu: yo, el mundo, la carne y el demonio
para que mi grandeza se manifieste fuertemente en tí.
Lo acepto Señor, pero jamás permitas que me aparte muy lejos de ti...
Toma tu siempre el control.
Padre Nuestro...