¡Glorioso San José, castísimo esposo de la Madre de Dios, dignísimo bienhechor del Niño Jesús, y el fidelísimo protector de los que confían en Vos!
yo, N…......en presencia de la muy adorable Trinidad, de Jesucristo, vuestro hijo presuntivo y mi verdadero Salvador, de la bienaventurada Virgen, vuestra Esposa, y mi honorabilísima Madre, de mi ángel de la guarda y de todos los santos habitantes del cielo, os escojo hoy por mi padre, mi señor y mi primer patrón cerca de Jesús y María, y me propongo amaros, honraros y serviros como Ellos tanto cuanto pueda.
Os ofrezco, lo que ya les pertenece, mi alma, mi cuerpo, mis designios, mis obras y mi vida, a fin de que también os pertenezcan y que os dignéis presentarles otra vez todo lo que soy y seré eternamente.
Os suplico de todo corazón, por los méritos de Ambos, que os sirváis aun ponerme bajo vuestra guardia particular, conservarme en Vuestra santa amistad, y socorrerme en todo cuanto necesite mi cuerpo y mi alma, ahora y en la hora de mi muerte.
Así sea.