Glorioso San José, Esposo de la Virgen María, te suplicamos a través del Corazón de Jesucristo, que nos concedas tu protección paterna. Tú, que con tu poder alcanzas todas nuestras necesidades y que sabes cómo hacer posibles las cosas más imposibles, vuelve tus ojos paternales a las necesidades de tus hijos. En la confusión y el dolor que nos aprisionan, recurrimos a ti con confianza. Dígnate tomar bajo tu guía caritativa este importante y difícil asunto, la causa de nuestras preocupaciones, y haz que su feliz resultado sirva para la gloria de Dios y el bien de sus devotos servidores. Amén.
-San Francisco de Sales