Dios mío, Señor del tiempo y de la historia, que designaste a tu Hijo predilecto, para que fuera el Rey de reyes y Señor de señores, tanto en el Cielo como en la Tierra, y que además, diste la instrucción a tu siervo San José, de ponerle por nombre "Jesús", para que, al sonido pronunciado de su Santo Nombre, toda rodilla se doble en el Cielo, en la Tierra y en los abismos, te rogamos que, por ese amor que sientes por todos los hijos que te aman, selles ese Santo Nombre para siempre en mi corazón, que mis pensamientos sean rodeados por Él, y que mis labios lo pronuncien en cada instante del día; al despertar y al anochecer, que sea mi defensa ante la tentación, mi esperanza en medio de las pruebas, mi fortaleza en el sufrimiento, mi refugio en todos los peligros, mi consuelo a la hora de mi muerte, mi escudo impenetrable frente a mis enemigos, y mi mayor providencia a la hora de la necesidad. Por tu bendito Santo Nombre, os ruego, Señor mío.
Amén.
Qriswell Quero de Pérez, en Pildorasdefe