Señor Jesús: que a imitación de los Magos de Oriente vayamos también nosotros frecuentemente a adorarte en tu Casa que es el Templo y no vayamos jamás con las manos vacías. Que te llevemos el oro de nuestras ofrendas, el incienso de nuestra oración fervorosa, y la mirra de los sacrificios que hacemos para permanecer fieles a Ti, y que te encontremos siempre junto a tu Madre Santísima María y tu Sanrísimo Padre putativo, a quienes queremos honrar y venerar siempre como Madre Tuya y Madre nuestra, y Padre adoptivo Tuyo y Padre espiritual nuestro. Amén