Hoy celebramos a un santo muy especial San José Manyanet. El apóstol de la familia y de la juventud. Fundador de dos Congregaciones religiosas: los Hijos de la Sagrada Familia y las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret. Se hizo cura, sin becas de ningún tipo, pagándose los estudios con su propio trabajo, primero como educador de los niños en casa de la familia Morlius y, después, como sirviente en el obispado de Urgel (norte de España). Le tocó vivir una época muy complicada con la estructura familiar desmoronada, el ochenta por ciento de la población analfabeta, y la intolerancia y la pobreza campando por sus respetos. "Debemos hacer algo", se dijo, y fundó las dos Congregaciones mencionadas, que se habían de dedicar a la reconstrucción de la familia y la educación cristiana de niños y jóvenes con el lema "Un Nazaret en cada hogar", y renunciando a un futuro muy prometedor, humanamente hablando. San José sabía que la única fuerza capaz de cambiar el mundo es el amor, y por eso "se pasó a vivir con la Sagrada Familia a su casa de Nazaret" y nos la dio como modelo a imitar. Además se le ocurrió la idea de edificar un templo expiatorio en honor de la Santa Familia de Jesús. La obra la llevaría a cabo el arquitecto Antonio Gaudí, y es la actual basílica de la Sagrada Familia en el corazón de Barcelona (España). Apóstol incansable de la familia fundó escuelas y colegios hasta en un barquito. Hoy su obra se extiende por Europa, América y África. El Padre Manyanet pasó definitivamente a la casa de la Sagrada Familia en el Cielo el 17 de diciembre de 1901. Sus restos reposan en el templo que lleva su nombre, en el barrio de San Andrés de Palomar en Barcelona. Si desean visitarlo las puertas están abiertas para todos.