Jul 07
Salmo 123(122),1-2a.2bcd.3-4.
Levanto mis ojos hacia ti, 
que habitas en el cielo.
Como los ojos de los servidores
están fijos en las manos de su señor,

y los ojos de la servidora
en las manos de su dueña:
¡Ten piedad, Señor, 
ten piedad de nosotros, 

porque estamos hartos de desprecios!
Nuestra alma está saturada 
de la burla de los arrogantes, 
del desprecio de los orgullosos.

 


@Evangelizo