Sep 19
de
Galindo Vega Liturgia de la Palabra diaria

*Liturgia - 19 de Septiembre de 2024*
Ciclo B - Año II
XXIV Semana del Tiempo Ordinario
Liturgia de las Horas Tomo IV
IV Semana del Salterio
Primera Lectura 1 Corintios 15, 1-11
Salmo 117
Evangelio Lucas 7, 36-50
*Verde Blanco / Rojo Feria, Memoria de san José María de Yermo y Parres, presbítero, (En la República Mexicana) o Memoria de san Jenaro*, *obispo y mártir MR, p. 836 (825) / Lecc, II, p. 804*
*Otros santos: María Guillerma Emilia de Rodat. virgen fundadora; María de Cervelló, religiosa de la Orden de Santa María de la Merced.*
*PRIMERA LECTURA*
_Esto es lo que predicamos y lo que ustedes han creído._
*De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 15, 1-11*
Hermanos: Les recuerdo el Evangelio que yo les prediqué y que ustedes aceptaron y en el cual están firmes. Este Evangelio los salvará, si lo cumplen tal y como yo lo prediqué. De otro modo, habrán creído en vano.
Les transmití, ante todo, lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, como dicen las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según estaba escrito; que se le apareció a Pedro y luego a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos reunidos, la mayoría de los cuales vive aún y otros ya murieron. Más tarde se le apareció a Santiago y luego a todos los apóstoles.
Finalmente, se me apareció también a mí, que soy como un aborto. Porque yo perseguí a la Iglesia de Dios y por eso soy el último de los apóstoles e indigno de llamarme apóstol. Sin embargo, por la gracia de Dios, soy lo que soy, y su gracia no ha sido estéril en mí; al contrario, he trabajado más que todos ellos, aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios, que está conmigo. De cualquier manera, sea yo, sean ellos, esto es lo que nosotros predicamos y esto mismo lo que ustedes han creído.
*Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.*
*Meditatio*¨
En este pasaje Pablo nos recuerda, ante todo, que el Evangelio no es únicamente para el intelecto y para la reflexión sino ante todo, para la vida. En la medida en la que el hombre va haciendo vida la enseñanza de Jesús, en esa medida, toda su existencia se transforma.
Pablo, a pesar de haber sido un perseguidor de la Iglesia, creyó y se dejó poseer por el amor de Dios que lo había salvado. Como resultado nos dio un "Pablo nuevo", dedicado a la propagación del Evangelio. Por ello dice que en él "la gracia no ha quedado infecunda o estéril".
Esta buena noticia del Evangelio, tenemos que hacerla vida, dejando que por la acción del Espíritu Santo, se transforme en amor a Dios y los hermanos; esta misma gracia es el motor de la evangelización, es el resorte que nos empuja a hacer partícipes a los demás del gozo y la paz que nosotros mismos experimentamos en Cristo.
*Oratio*
Señor, ciertamente he pasado un buen tiempo de mi existencia lejos de ti, y me hubiera encantado encontrarte desde mucho antes, sin embargo, Jesús, quiero pedirte que no permitas que tu gracia sea estéril en mí sino más bien, que dé fruto abundante en conversiones, en gente que te conozca, con el único instrumento de mi testimonio de amor a ti. Quiero dar algo como signo de gratitud ante todo lo que me has dado.
*Actio*
Hoy buscaré a alguien y le hablaré de mí antes de conocer a Cristo y cómo eso ha cambiado drásticamente a partir de mi encuentro con él.
*SALMO RESPONSORIAL*
*Del salmo 117, 1-2.16ab-17. 28.*
*R/. Te damos gracias, Señor, porque eres bueno.*
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la casa de Israel: "Su misericordia es eterna". *R/*.
Escuchemos el canto de victoria que sale de la casa de los justos: "La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro orgullo". *R/*.
No moriré, continuaré viviendo para contar lo que el Señor ha hecho. Tú eres mi Dios, y te doy gracias. Tú eres mi Dios, y yo te alabo. *R/*.
*ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 11, 28*
*R/. Aleluya, aleluya.*
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio, dice el Señor. *R/*.
*EVANGELIO*
_Sus pecados le han quedado perdonados, porque ha amado mucho._
*Del santo Evangelio según san Lucas: 7, 36-50*
En aquel tiempo, un fariseo invitó a Jesús a comer con él. Jesús fue a la casa del fariseo y se sentó a la mesa. Una mujer de mala vida en aquella ciudad, cuando supo que Jesús iba a comer ese día en casa del fariseo, tomó consigo un frasco de alabastro con perfume, fue y se puso detrás de Jesús, y comenzó a llorar, y con sus lágrimas le bañaba los pies, los enjugó con su cabellera, los besó y los ungió con el perfume.
Viendo esto, el fariseo que lo había invitado comenzó a pensar: "Si este hombre fuera profeta, sabría qué clase de mujer es la que lo está tocando; sabría que es una pecadora".
Entonces Jesús le dijo: "Simón, tengo algo que decirte". El fariseo contestó: "Dímelo, Maestro". Él le dijo: "Dos hombres le debían dinero a un prestamista. Uno le debía quinientos denarios, y el otro, cincuenta. Como no tenían con qué pagarle, les perdonó la deuda a los dos. ¿Cuál de ellos lo amará más?" Simón le respondió: "Supongo que aquel a quien le perdonó más".
Entonces Jesús le dijo: "Has juzgado bien". Luego, señalando a la mujer, dijo a Simón: "¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú no me ofreciste agua para los pies, mientras que ella me los ha bañado con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no me diste el beso de saludo; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besar mis pies. Tú no ungiste con aceite mi cabeza; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por lo cual, yo te digo: sus pecados, que son muchos, le han quedado perdonados, porque ha amado mucho. En cambio, al que poco se le perdona, poco ama". Luego le dijo a la mujer: "Tus pecados te han quedado perdonados".
Los invitados empezaron a preguntarse a sí mismos: "¿Quién es éste que hasta los pecados perdona?" Jesús le dijo a la mujer: "Tu fe te ha salvado; vete en paz".
*Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.*
*Reflexión:*
_«A los pies de Jesús, comenzó a llorar»_
Hoy, Simón fariseo, invita a comer a Jesús para llamar la atención de la gente. Era un acto de vanidad, pero el trato que dio a Jesús al recibirlo, no correspondió ni siquiera a lo más elemental.
Mientras cenan, una pecadora pública hace un gran acto de humildad: «Poniéndose detrás, a los pies de Jesús, comenzó a llorar y con sus lágrimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba sus pies y los ungía con el perfume» (Lc 7,38).
El fariseo, en cambio, al recibir a Jesús no le dio el beso del saludo, agua para sus pies, toalla para secarlos, ni le ungió la cabeza con aceite. Además el fariseo piensa mal: «Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues es una pecadora» (Lc 7,39). ¡De hecho, el que no sabía con quién trataba era el fariseo!
El Papa Francisco ha insistido mucho en la importancia de acercarse a los enfermos y así “tocar la carne de Cristo”. Al canonizar a santa Guadalupe García, Francisco dijo: «Renunciar a una vida cómoda para seguir la llamada de Jesús; amar la pobreza, para poder amar más a los pobres, enfermos y abandonados, para servirles con ternura y compasión: esto se llama “tocar la carne de Cristo”. Los pobres, abandonados, enfermos y los marginados son la carne de Cristo». Jesús tocaba a los enfermos y se dejaba tocar por ellos y los pecadores.
La pecadora del Evangelio tocó a Jesús y Él estaba feliz viendo cómo se transformaba su corazón. Por eso le regaló la paz recompensando su fe valiente. —Tú, amigo, ¿te acercas con amor para tocar la carne de Cristo en tantos que pasan junto a ti y te necesitan? Si sabes hacerlo, tu recompensa será la paz con Dios, con los demás y contigo mismo.
_Mons. José Ignacio ALEMANY Grau, Obispo Emérito de Chachapoyas_
_(Chachapoyas, Perú)_