Escúchame y respóndeme, Señor,
Porque estoy afligido y desamparado.
Guarda mi alma, vela por mi,
Sálvame Dios mío, en ti confío.
Tu eres mi Dios, ten misericordia de mí;
A ti clamo todo el día.
Se alegra mi alma,
Porque a ti, oh Señor, elevo mi alma.
Tu Señor, eres bueno e indulgente,
Lleno de amor y misericordia para con los que te invocan.
Escucha mi oración,
pon atención a la voz de mis ruegos.
A ti clamo el día de mi angustia,
porque siempre me respondes.
Oh Señor, nadie como tú,
Ninguna obra es como la tuya.
Enséñame, Señor, tu camino y caminaré en tu verdad;
Afirma mi corazón con el temor a tu nombre.
Señor Dios mío, te alabaré y daré gracias con todo el corazón,
Y glorificaré tu nombre para siempre.
Tu, Señor, Dios misericordioso y clemente,
Lento a la ira, lleno de amor y lealtad,
Mírame, y ten piedad de mí;
otórgame tu fuerza,
y guárdame como hijo tuyo.
Salmo 86(85)