Nuestra Señora de la Merced

Tú, María, Virgen de la Merced, bondadosa Madre de Dios, esperanza y misericordia de los necesitados.
Tú, que amas la libertad de tus hijos, y auxiliaste en aquella época a los cristianos cautivos, atiende nuestra plegaria:
Socórrenos para romper las cadenas de nuestro pecado,
liberándonos de las ataduras de la avaricia, las mentiras,
el odio, la indiferencia y la injusticia, para que libres de ellas, podamos unirnos totalmente a tu Hijo, Jesús, vivir como Él, libremente, dedicados a aquello para lo que estamos hechos: amar.

Te suplicamos Madre de misericordia, que nos enseñes a ser pacientes y a esperar confiados para lograr escuchar a Dios y seguir a Jesús, Camino, Verdad y Vida.
Y como nuestro querido Redentor nos dejó a tu cuidado y protección cuando era crucificado, es una dicha decir tu nombre y alabarte con esta oración, Virgen de las Mercedes, Patrona y Señora.

Amén.