Virgen Santísima, por tu intercesión maternal tantas veces invocada por Nosotros, ante esta imagen tu Hijo Jesús ha escuchado nuestras oraciones mostrándonos su brazo poderoso y misericordioso.

Mira, oh María, con ternura nuestras almas, nuestras familias, esta Ciudad y esta Nación y haznos experimentar la fuerza y ​​la dulzura de tu caridad maternal.

Por los méritos de Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre, aleja de nosotros la enfermedad, el hambre, la guerra, la injusticia social, concédenos la abundancia de tus gracias y guíanos al puerto de la salvación.

Haznos, oh María, un pueblo santo y devoto, invocándote como Madre de Dios, para que podamos gozar de tu amor aquí en la tierra y de tu gloria en el Cielo.

Amén