
Señor Jesús, queremos estar contigo esta noche. Sabemos que muchos, especialmente los jóvenes, te ofenderán y entristecerán tu corazón. Sin embargo, queremos permanecer contigo, consolarte y acompañarte en este momento de adoración.
Creemos que estás aquí: lleno de humildad y amor, te has ocultado para que hombres y mujeres de todos los tiempos puedan experimentar tu presencia. Tú eres el Dios vivo y verdadero. Tú eres el que es; todo lo que existe depende de ti.
Te damos gracias por habernos elegido para ser una llama de amor que arde ante ti, para que olvides tantas ofensas e ingratitudes.
¡Cuántos no acogen tu amor, cuántos no desean servirte, sino que prefieren traicionarte, blasfemarte! ¡Cuántos prefieren tantas cosas a tu amistad, a tu amor, lo único que da sentido a nuestras vidas y que nadie puede arrebatarnos si no lo deseamos!
Ayúdanos a no rechazarte. Sabemos que no somos mejores que los demás, pero Tú, que eres bueno, nos haces tus centinelas. Recibiremos tu amor y lo llevaremos a quienes encontremos.
Esta noche, no mires nuestros pecados, sino nuestra fe y nuestro deseo de permanecer siempre contigo y jamás abandonarte.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos, Amén