Padre celestial, al entrar en este lugar de trabajo, traigo tu presencia conmigo. Yo hablo de tu paz, tu gracia, tu misericordia y tu orden perfecta en mi trabajo.
Reconozco Señor, tu poder sobre todo lo que se hará, se hablará, se pensará y se decidirá dentro de estos muros.
Señor, te agradezco los dones con los que me has bendecido. Me comprometo a usarlos responsablemente en su honor.
Ven y dame un nuevo suministro de fuerzas para hacer mi trabajo. Unge mis proyectos, ideas y energías, de modo que incluso, mi logro más pequeño, pueda traerle gloria.
Señor, cuando esté confundido, guíame. Cuando esté cansado, energizame. Cuando esté turbado, infúndeme con la luz del Espíritu Santo.
Que el trabajo que hago y la forma en que lo hago me traigan fe, alegría y una sonrisa con todo lo que estaré en contacto hoy.
Y, oh Señor, cuando salga de este lugar de trabajo, derrama tu misericordia sobre mí. Bendice a mi familia y que mi hogar esté en completo orden como cuando lo dejé.
Señor, te agradezco todo lo que has hecho, todo lo que estás haciendo y todo lo que vas a hacer. En el nombre de Jesús oro con mucho amor y agradecimiento.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.