En Lyon, en Francia, santa Teresa (María Victoria) Couderc, virgen, fundadora, no sin pasar grandes tribulaciones pero con ánimo sereno, de la Congregación de Hermanas del Retiro (o Cenáculo), en la localidad de La Louvesc, junto al sepulcro de san Juan Francisco de Regis.
Nació el 1? de febrero de 1805 en Mas de Sableres (Francia) y fue bautizada con el nombre de María Victoria. Aunque se desconocen detalles de su familia e infancia, se sabe que recibió la Primera Comunión a los diez años de edad y que estudió en el colegio de las Hermanas de San José «aux Vans». A los 20 años conoció al padre Terme, fundador de las Hermanas de San Francisco Régis, religiosas dedicadas a la enseñanza y al socorro material y espiritual de los pobres, con quienes, en 1826, María Victoria tomó los hábitos y el nombre de Hna. Teresa. Al año siguiente el fundador le encargó organizar en La Louvesc un hostal para los peregrinos que visitaban la tumba de San Francisco Régis (1597-1640), convirtiéndose la madre Teresa en su superiora (1828). ésta fue la primera semilla de la futura Congregación de Nuestra Señora del Cenáculo.
Antes de morir (1834), el padre Terme encaminó a las hermanas a la espiritualidad de los ejercicios de san Ignacio, transformándose entonces en «Damas del Retiro». Y la madre Teresa, para mantener en vida la Obra, se acercó al padre provincial de los jesuitas franceses, Francisco Renault. éste, en 1838, nombró a una postulante como «superiora fundadora» de la Congregación; el grave desaire que esto significaba sólo ocasionó que la madre Teresa inclinara su cabeza sin oponerse, fiel a la regla de obediencia. La nueva superiora, condesa de Lavilleurnoy, en sólo once meses condujo a la Congregación a la ruina; finalmente se retiró. El padre Renault nombró (1839) otra superiora, la madre Contenet, la que se dedicó hasta su muerte (1852) a marginar completamente a la madre Teresa, quien no sólo fue aislada de la comunidad que había fundado sino que fue encomendada a hacer el trabajo manual más duro durante años.
La verdadera fundadora aceptó humildemente la situación. «Cuando Nuestro Señor desea servirse de un alma para su gloria, la hace pasar primero por la prueba de la contradicción, por la humillación y el sufrimiento; no se puede ser un instrumento útil sin esto», reveló. Con la nueva superiora, madre de Larochenégly, Santa Teresa fue revalorada. Enviada a París en 1855, para 1856 su vida se convertiría en un alternar responsabilidades como superiora de varias casas hasta 1867, cuando se estableció en Fourviere.
Al final de su vida fue restaurada a la comunidad y reconocida públicamente como su fundadora. Murió el 26 de septiembre de 1885. Fue beatificada por Pío XII (1951) y canonizada por Pablo VI (1970).
En el site del Vaticano se puede leer, en italiano (sólo el párrafo inicial está en francés), la extensa y hermosa homilía de SS. Pablo VI en la canonización.
@Evangelizo