Salmo 150


1. Alabad al Señor en su santuario: alabadle en su augusto firmamento.


2. Alabadle por sus grandiosas obras: alabadle por su inmensa majestad.


3. Alabadle con sones de trompetas: alabadle con salterio y cítara.


4. Alabadle tañendo tímpanos y cantando a coro: alabadle con instrumentos de cuerda y voces de órgano.


5. Alabadle con címbalos resonantes: alabadle con címbalos de alegría: todo espíritu alabe al Señor.


V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, Amén.


Antífona. Cantemos el himno de los tres jóvenes, el que los santos cantaban en el horno encendido alabando al Señor (T. P. Aleluya).


Todos se ponen de pie y quien dirige el rezo dice:


V. Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad. Padre nuestro...


V. No nos dejes caer en la tentación. R. Y líbranos del mal.


V. Que te alaben, Señor, todas tus obras. R. Y que tus santos te bendigan.


V. Se regocijarán los santos en la gloria. R. Y se alegrarán en sus moradas.


V. No a nosotros, Señor, no a nosotros. R. Sino a tu nombre da la gloria.


V. Señor, escucha mi oración. R. Y que llegue a ti mi clamor. El sacerdote añade:


V El Señor esté con vosotros. R. Y con tu espíritu.


Oración: Oh Dios, que mitigaste las llamas del fuego para los tres jóvenes, concédenos benignamente a tu siervos que no nos abrase la llama de los vicios. Te rogamos, Señor, que prevengas nuestra acciones con tu inspiración y que las acompañes con tu ayuda, para que así toda nuestra oración y obra comience siempre en ti, y por ti se concluya. Danos Señor, te pedimos, poder apagar las llamas de nuestros vicios. Tú que le concediste a san Lorenzo vencer el fuego que le atormentaba. Por Cristo nuestro Señor. R. Amén.