El ministro, padre de familia o el miembro designado al comenzar la celebración, dice lo siguiente:
"Nuestro auxilio es el nombre del Señor"
Todos responden:
"Que hizo el cielo y la tierra."
Uno de los presentes, o la misma persona, lee un breve texto de la sagrada Escritura, por ejemplo: Isaías 60,13:
"Te traerán, Jerusalén, las riquezas del Líbano, el ciprés, el olmo y el abeto, para adornar mi santuario, pues yo honraré el estrado de mis pies".
Luego el ministro, si es sacerdote o diácono, con las manos extendidas, si es laico, con las manos juntas, dice la oración de bendición:
Oración
Bendito seas, Señor y Padre nuestro, que nos concedes recordar con fe en estos días de Navidad los misterios del nacimiento de Jesucristo.
Concédenos, a quienes hemos adornado este árbol y lo hemos embellecido con luces, vivir también a la luz de los ejemplos de la vida santa de tu Hijo y ser enriquecidos con las virtudes que resplandecen en su santa infancia.
Todo el Honor y la Gloria sea para Él por los siglos de los siglos.
Todos responden:
Amen.
Según las circunstancias, el ministro rocía con agua bendita a los presentes y el Árbol de Navidad y estamos listos para disfrutar de esta preciosa devoción de Navidad. (Bendiciones Navideñas, No. 1275-1278)