Cuanto llevo conmigo,
lo que soporto,
lo que hablo y lo que arriesgo,
lo que pienso y lo que amo,
los méritos que obtengo,
lo que voy guiando y conquistando,
lo que me hace sufrir,
lo que me alegra;
cuanto soy y cuanto tengo,
te lo entrego como regalo de amor
a la fuente santa de gracias,
que desde el Santuario brota cristalina
para penetrar el alma
de quienes a Schoenstatt han dado su corazón,
y encaminar bondadosamente hasta allí,
a los que, por misericordia, tú quieras escoger;
y para que fructifiquen las obras
que consagramos a la Santísima Trinidad.