Madre, ¿quieres mi trabajo?
-aquí estoy.
¿Quieres que todas las fuerzas de mi espíritu
lentamente se desangren?
-Aquí estoy.
¿Quieres mi muerte?
-Aquí estoy,
pero procura que todos
los que tú me has confiado
amen a Jesús,
vivan para Jesús
y aprendan a morir por Jesús.
Amén