Querida Madre, Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable de Schoenstatt; vengo a Ti con ilimitada confianza a implorar tu ayuda para obtener de Dios lo que humildemente pido:
Tu Hijo Divino te entregó a mí como madre. Sus palabras "He ahí a tu Madre" me las dijo también a mí, y a ti te dijo: "He ahí a tu hijo".
¡Aquí estoy, arrodillado a tus pies!
¡Qué consuelo tenerte como Madre!
Por lo tanto acudo a Ti en mi angustia. Recurro a Ti, Madre, Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable de Schoenstatt, sabiendo que todos tus hijos que han acudido a Ti han recibido tu protección y ayuda.
Tú misma has llevado a cuesta grandes penas. Como Madre dolorosa permaneciste al pie de la cruz. Ahora que vengo a Ti con mi dolor, ¿despreciarás esta humilde y angustiosa súplica?
¡No, nunca!
Tú eres la salud de los enfermos, el consuelo de los afligidos, el auxilio de los cristianos. Me llena de consuelo especial, el hecho de que Tú eres Madre, Reina y Victoriosa Tres Veces.
Admirable de Schoenstatt, un título de honor que quiere decir simplemente que eres maravillosa en todo momento y lugar.
Obtén para mí, de tu Hijo Divino, la respuesta a mi plegaria… (dila aquí en silencio) y yo repetiré tu Magnificat y pregonaré la misericordia de Nuestro Señor por toda la eternidad.
Amén.