Oración
Señor Jesús, con tu resurrección has triunfado sobre la muerte y vives para siempre comunicándonos la vida, la alegría y la esperanza. Tú que fortaleciste la fe de los apóstoles, fortalece también nuestra fe, para que nos entreguemos de lleno a ti.
Queremos compartir contigo y con tu Madre, la Virgen María, la alegría de tu Resurrección gloriosa. Tú que nos has abierto el camino hacia el Padre, haz que, iluminados por el Espíritu Santo, gocemos un día de la gloria eterna.
1a Estación
¡Cristo vive! ¡Ha resucitado!
V\ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya
R\ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya
V\ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R\ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
Del Evangelio según san Mateo. Mt 28, 1-7
Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, fueron María la Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. Y de pronto tembló fuertemente la tierra, pues un ángel del Señor, bajando del cielo y acercándose, corrió la piedra y se sentó encima. Su aspecto era de relámpago y su vestido blanco como la nieve; los centinelas temblaron de miedo y quedaron como muertos. El ángel habló a las mujeres: «Ustedes no teman, ya sé que buscan a Jesús el crucificado. No está aquí: ¡ha resucitado!, como había dicho. Vengan a ver el sitio donde yacía y vayan aprisa a decir a sus discípulos: “Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán”. Miren, se lo he anunciado».
Palabra del Señor
Reflexión
Padre nuestro … Ave María …
2a Estación
El encuentro con María Magdalena
V\ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya
R\ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya
V\ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R\ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
Del Evangelio según San Juan 20, 10-18
Los dos discípulos se volvieron a casa. Estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?». Ella les contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto». Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?». Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré». Jesús le dice: «¡María!». Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!». Jesús le dice: «No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, anda, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre de ustedes, al Dios mío y Dios de ustedes”». María la Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto».
Palabra del Señor
Reflexión
Padre nuestro, Ave María
3 a Estación
Jesús se aparece a las mujeres
V\ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya
R\ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya
V\ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R\ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
Del Evangelio según San Mateo 28, 8-10
Ellas se marcharon a toda prisa del sepulcro; llenas de miedo y de alegría corrieron a anunciarlo a los discípulos.
De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «Alégrense». Ellas se acercaron, le abrazaron los pies y se postraron ante él. Jesús les dijo: «No teman: vayan a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán».
Palabra del Señor
Reflexión
Padre nuestro, Ave María
4 a Estación
Los soldados custodian el sepulcro de Cristo
V\ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya
R\ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya
V\ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R\ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
Del Evangelio según San Mateo 28, 11-15
Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles: «Digan que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras ustedes dormían. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y los sacaremos de apuros». Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy.
Palabra del Señor
Reflexión
Padre nuestro Ave María
5a Estación
Pedro y Juan contemplan el sepulcro vacío
V\ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya
R\ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya
V\ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R\ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
Del Evangelio según San Juan 20, 3-10
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos. Los dos discípulos se volvieron a casa.
Palabra del Señor
Reflexión
Padre nuestro Ave María
6a Estación
En el cenáculo Jesús muestra sus llagas a los apóstoles
V\ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya
R\ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya
V\ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R\ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
Del Evangelio según San Lucas 24, 36-43
Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dice: «Paz a ustedes». Pero ellos, aterrorizados y llenos de miedo, creían ver un espíritu. Y Él les dijo: «¿Por qué se alarman?, ¿por qué surgen dudas en su corazón? Miren mis manos y mis pies: soy yo en persona. Pálpenme y dense cuenta de que un espíritu no tiene carne y huesos, como ven que yo tengo». Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Pero como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: «¿Tienen ahí algo de comer?». Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos.
Palabra del Señor
Reflexión
Padre nuestro, Ave María
7a Estación
En el camino de Emaús
V\ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya
R\ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya
V\ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R\ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
Del Evangelio según San Lucas 24, 13-32
Aquel mismo día, dos de ellos iban caminando a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos sesenta estadios; iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: «¿Qué conversación es esa que traen mientras van de camino?». Ellos se detuvieron con aire entristecido. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le respondió: «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabes lo que ha pasado allí estos días?». Él les dijo: «¿Qué?». Ellos le contestaron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues habiendo ido muy de mañana al sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron». Entonces él les dijo: «¡Qué necios y torpes son para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?». Y, comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras. Llegaron cerca de la aldea adonde iban y él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos le apremiaron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída». Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista. Y se dijeron el uno al otro: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?».
Palabra del Señor
Reflexión
Padre nuestro, Ave María
8a Estación
Jesús da a los apóstoles el poder de perdonar los pecados
V\ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya
R\ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya
V\ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R\ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
Del Evangelio según San Juan 20, 19-23
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a ustedes». Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo; a quienes les perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengan, les quedan retenidos».
Palabra del Señor
Reflexión
Padre nuestro, Ave María
9a Estación
Jesús fortalece la fe de Tomás
V\ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya
R\ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya
V\ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R\ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
Del Evangelio según San Juan 20, 26-29
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a ustedes». Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!». Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto».
Palabra del Señor
Reflexión
Padre nuestro Ave María
10a Estación
Jesús resucitado en el lago de Galilea
V\ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya
R\ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya
V\ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R\ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
Del Evangelio según San Juan 21, 1-6a
Después de esto Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, apodado el Mellizo; Natanael, el de Caná de Galilea; los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar». Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo». Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: «Muchachos, ¿tienen pescado?». Ellos contestaron: «No». Él les dice: «Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán». La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo a quien Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor».
Palabra del Señor
Reflexión
Padre nuestro Ave María
11a Estación
Jesús confirma a Pedro en el amor
V\ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya
R\ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya
V\ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R\ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
Del Evangelio según San Juan 21, 15-19
Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dice: «Apacienta mis corderos». Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Él le dice: «Pastorea mis ovejas». Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero». Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras». Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme».
Palabra del Señor
Reflexión
Padre nuestro, Ave María
12a Estación
Jesús confía su misión a los apóstoles
V\ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya
R\ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya
V\ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R\ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
Del Evangelio según San Mateo 28, 16-20
Los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos dudaron. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: «Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado. Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el final de los tiempos».
Palabra del Señor
Reflexión
Padre nuestro, Ave María
13a Estación Jesús asciende al cielo
V\ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya
R\ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya
V\ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R\ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
De los Hechos de los Apóstoles 1, 9-11
Dicho esto, a la vista de ellos, fue elevado al cielo, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Cuando miraban fijos al cielo, mientras él se iba marchando, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacen ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que ha sido tomado de entre ustedes y llevado al cielo, volverá como lo han visto marcharse al cielo».
Palabra de Dios
Reflexión
Padre nuestro Ave María
14a Estación
La venida del Espíritu Santo en Pentecostés
V\ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya
R\ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya
V\ Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R\ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
De los Hechos de los Apóstoles 2, 1-4
Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse.
Palabra de Dios
Reflexión
Padre nuestro, Ave María
Oración final
Señor y Dios nuestro, fuente de alegría y de esperanza, hemos vivido con tu Hijo los acontecimientos de su resurrección y ascensión; haz que la contemplación de estos misterios nos llene de tu gracia y nos capacite para ser testigos de tu amor en medio del mundo. Te pedimos por tu santa Iglesia para que siga fielmente las huellas de Cristo en la historia y que, llena del Espíritu Santo, manifieste al mundo los tesoros de tu amor, santifique a tus fieles con los sacramentos y haga partícipes a todos los hombres de la resurrección eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
Padre, junto a María, nuestra Madre,
quiero acompañar al Redentor del mundo
y en su lucha a muerte ver esos poderes
que actúan en todos los sucesos de la historia.
Ayudame, con su Esposa la Gran Señal,
a ofrecerle como instrumento
mis débiles manos
a El, el Señor,
a quien, por amor a nosotros,
constituiste para enjuiciar a Satanás.
Me veo situado
entre esos dos grandes poderes
que se proscriben mutuamente en una eterna lucha,
y con entera libertad
una vez más me decido por Cristo
ahora y para siempre.
Todos: Concedeme abrazar con el Señor
alegremente la cruz,
e ir por los caminos de la Inscriptio sin vacilación,
para que como esposa me asemeje al Esposo
y como instrumento sea fecundo
para su Reino de Schoenstatt.
Te imploro, Señora tres veces Admirable,
contemplar
la profundidad del corazón de Cristo
y, en medio de un mar agitado por el odio,
acompañarlo
con el ardiente fuego de tu amor.
Amen
Señor Jesús, ayúdanos a ver en Tu Cruz todas las cruces del mundo; la cruz de las personas hambrientas de pan y de amor; la cruz de las personas solas y abandonadas por sus propios hijos y parientes; la cruz de las personas sedientas de justicia y de paz; la cruz de las personas que no tienen el consuelo de la fe; la cruz de los ancianos que se arrastran bajo el peso de los años y la soledad; la cruz de los migrantes que encuentran las puertas cerradas a causa del miedo y de los corazones blindados por cálculos políticos; la cruz de los pequeños, heridos en su inocencia y en su pureza; la cruz de la humanidad que vaga en lo oscuro de la incertidumbre y en la oscuridad de la cultura de lo momentáneo; la cruz de las familias rotas por la traición, por las seducciones del maligno o por la homicida ligereza del egoísmo; la cruz de los consagrados que buscan incansablemente portar Tu luz en el mundo y que se sienten rechazados, ridiculizados y humillados; la cruz de los consagrados que en su caminar han olvidado su primer amor; la cruz de tus hijos que, creyendo en Ti y buscando vivir según Tu palabra, se encuentran marginados y descartados incluso por sus familiares y sus coetáneos; la cruz de nuestras debilidades, de nuestras hipocresías, de nuestras traiciones, de nuestros pecados y de nuestras numerosas promesas rotas; la cruz de Tu Iglesia que, fiel a Tu Evangelio, se fatiga para llevar Tu amor también entre los mismos bautizados; la cruz de la Iglesia, Tu esposa, que se siente asaltada continuamente en lo interno y lo externo; la cruz de nuestra casa común que seriamente se marchita bajo nuestros ojos egoístas y cegados por la codicia y el poder. Señor Jesús, reaviva en nosotros la esperanza de la resurrección y de Tu definitiva victoria contra todo mal y toda muerte. ¡Amén!
Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. Oh buen Jesús, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame y mándame ir a Ti, para que con tus santos te alabe, por los siglos de los siglos. Amén. Por la señal, de la Santa Cruz de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme, y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.
1ª ESTACIÓN: JESÚS SENTENCIADO A MUERTE
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Sentenciado y no por un tribunal, sino por todos. Condenado por los mismos que le habían aclamado poco antes. Y El calla... Nosotros huimos de ser reprochados. Y saltamos inmediatamente... Dejame, Señor, imitarte, uniéndome a Ti por el Silencio cuando alguien me haga sufrir. Yo lo merezco. ¡Ayúdame!
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
2ª ESTACIÓN: JESÚS CARGADO CON LA CRUZ
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Que yo comprenda, Señor, el valor de la cruz, de mis pequeñas cruces de cada día, de mis achaques, de mis dolencias, de mi soledad. Dame convertir en ofrenda amorosa, en reparación por mi vida y en apostolado por mis hermanos, mi cruz de cada día.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
3ª ESTACIÓN: JESÚS CAE, POR PRIMERA VEZ, BAJO EL PESO DE LA CRUZ
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Tú caes, Señor, para redimirme. Para ayudarme a levantarme en mis caídas diarias, cuando después de haberme propuesto ser fiel, vuelvo a reincidir en mis defectos cotidianos. ¡Ayúdame a levantarme siempre y a seguir mi camino hacia Ti!
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
4ª ESTACIÓN: ENCUENTRO CON LA VIRGEN
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Haz Señor, que me encuentre al lado de tu Madre en todos los momentos de mi vida. Con ella, apoyándome en su cariño maternal, tengo la seguridad de llegar a Ti en el último día de mi existencia. ¡Ayúdame Madre!
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
5ª ESTACIÓN: EL CIRINEO AYUDA AL SEÑOR A LLEVAR LA CRUZ
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Cada uno de nosotros tenemos nuestra vocación, hemos venido al mundo para algo concreto, para realizarnos de una manera particular. ¿Cuál es la mía y cómo la llevo a cabo? Pero hay algo, Señor, que es misión mía y de todos: la de ser Cirineo de los demás, la de ayudar a todos. ¿Cómo llevo adelante la realización de mi misión de Cirineo?
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
6ª ESTACIÓN: LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Es la mujer valiente, decidida, que se acerca a Ti cuando todos te abandonan. Yo, Señor, te abandono cuando me dejo llevar por el "qué dirán", del respeto humano, cuando no me atrevo a defender al prójimo ausente, cuando no me atrevo a replicar una broma que ridiculiza a los que tratan de acercarse a Ti. Y en tantas otras ocasiones. Ayúdame a no dejarme llevar por el respeto humano, por el "qué dirán".
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
7ª ESTACIÓN: SEGUNDA CAÍDA EN EL CAMINO DE LA CRUZ
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Caes, Señor, por segunda vez. El Via Crucis nos señala tres caídas en tu caminar hacia el Calvario. Tal vez fueran más. Caes delante de todos... ¿Cuándo aprenderé yo a no temer el quedar mal ante los demás, por un error, por una equivocación?. ¿Cuándo aprenderé que también eso se puede convertir en ofrenda?
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
8ª ESTACIÓN: JESÚS CONSUELA A LAS HIJAS DE JERUSALÉN
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Muchas veces, tendría yo que analizar la causa de mis lágrimas. Al menos, de mis pesares, de mis preocupaciones. Tal vez hay en ellos un fondo de orgullo, de amor propio mal entendido, de egoísmo, de envidia. Debería llorar por mi falta de correspondencia a tus innumerables beneficios de cada día, que me manifiestan, Señor, cuánto me quieres. Dame profunda gratitud y correspondencia a tu misericordia.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
9ª ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Tercera caída. Más cerca de la Cruz. Más agotado, más falto de fuerzas. Caes desfallecido, Señor. Yo digo que me pesan los años, que no soy el de antes, que me siento incapaz. Dame, Señor, imitarte en esta tercera caída y haz que mi desfallecimiento sea beneficioso para otros, porque te lo doy a Ti para ellos.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
10ª ESTACIÓN: JESÚS DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Arrancan tus vestiduras, adheridas a Ti por la sangre de tus heridas. A infinita distancia de tu dolor, yo he sentido, a veces, cómo algo se arrancaba dolorosamente de mí por la pérdida de mis seres queridos. Que yo sepa ofrecerte el recuerdo de las separaciones que me desgarraron, uniéndome a tu pasión y esforzándome en consolar a los que sufren, huyendo de mi propio egoísmo.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
11ª ESTACIÓN: JESÚS CLAVADO EN LA CRUZ
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Señor, que yo disminuya mis limitaciones con mi esfuerzo y así pueda ayudar a mis hermanos. Y que cuando mi esfuerzo no consiga disminuirlas, me esfuerce en ofrecértelas también por ellos.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro.
12ª ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Te adoro, mi Señor, muerto en la Cruz por Salvarme. Te adoro y beso tus llagas, las heridas de los clavos, la lanzada del costado... ¡Gracias, Señor, gracias! Has muerto por salvarme, por salvarnos. Dame responder a tu amor con amor, cumplir tu Voluntad, trabajar por mi salvación, ayudado de tu gracia. Y dame trabajar con ahínco por la salvación de mis hermanos.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
13ª ESTACIÓN: JESÚS EN BRAZOS DE SU MADRE
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Déjame estar a tu lado, Madre, especialmente en estos momentos de tu dolor incomparable. Déjame estar a tu lado. Más te pido: que hoy y siempre me tengas cerca de Ti y te compadezcas de mí. ¡Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía!
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
14ª ESTACIÓN: EL CADÁVER DE JESÚS PUESTO EN EL SEPULCRO
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Todo ha terminado. Pero no: después de la muerte, la Resurrección. Enséñame a ver lo transitorio y pasajero, a la luz de lo que perdura. Y que esa luz ilumine todos mis actos. Así sea.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro
15ª ESTACIÓN: JESÚS RESUCITA
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
«¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado» (Lc 24,5-6). Unas piadosas mujeres fueron al sepulcro de Jesús muy temprano. El anuncio de la resurrección convierte su tristeza en alegría. Jesús está vivo y nosotros vivimos en Él para siempre. La resurrección de Cristo inaugura para la humanidad una renovada primavera de esperanza. Jesús, enséñame a mantener siempre la esperanza.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro...
Te suplico, Señor, que me concedas, por intercesión de tu Madre la Virgen, que cada vez que medite tu Pasión, quede grabado en mí con marca de actualidad constante, lo que Tú has hecho por mí y tus constantes beneficios. Haz, Señor, que me acompañe, durante toda mi vida, un agradecimiento inmenso a tu Bondad. Amén.
Virgen Santísima de los Dolores, mírame cargando la cruz de mi sufrimiento; acompáñame como acompañaste a tu Hijo Jesús en el camino del Calvario; eres mi Madre y te necesito. Ayúdame a sufrir con amor y esperanza para que mi dolor sea dolor redentor que en las manos de Dios se convierta en un gran bien para la salvación de las almas. Amén.